lunes, 7 de febrero de 2011

ERASE UNA VEZ EL AMOR PERO TUVE QUE MATARLO




De nuevo, el círculo se ha cerrado. Al comienzo, vagaba solitario sin poder encontrar razones para de nuevo sentir la necesidad de entregarlo todo e intentar hacer feliz y ser feliz con alguien. Mirar en todas direcciones sin encontrar señal alguna hasta que de golpe, como siempre sucede, apareció ella que siempre había estado ahí sin que yo lo notara.

Y comenzamos a andar por el camino sin saber a donde nos iba a llevar, aunque claro, en mi caso existía un fuerte deseo para que todo terminara en los dominios del amor. Noches y lunas, amaneceres y canciones nos permitieron construir espacios de encuentro y compañía, conocernos mejor, ayudarnos a crecer como personas, a enfrentar situaciones inconclusas con el ánimo de resolverlas. Mi corazón inquieto se hinchaba y galopaba con mayor vehemencia, mi alma le decía: ves, ya no tienes porque esperar mas, tu hora a llegado.

Y fui inmensamente feliz. Mas llega un momento en el que la sensatez gana la partida. A pesar de tener un inmenso anhelo, algo dice: es hora de poner los pies sobre la tierra. No te va a querer de la forma como quieres que te quiera, no te va a querer de la manera necesaria para construir un nosotros, un domingo bajo las sabanas y café para el frío. Es así y hay que entenderlo, la vida tiene sus ritmos y no hay que forzarlos, fue así, lo intente todo y no lo pude cambiar.

Y si, érase una vez el amor pero tuve que matarlo. El primer día tras la llegada de la sensatez fue de nuevo la experiencia del dolor, del mirar hacia el horizonte esperando a que algo suceda y que cambie el rumbo, el ultimo estertor de la ilusión, la respiración final del sueño. El círculo se ha cerrado de nuevo. Érase una vez un amor que llego y me lleno de vida pero tuve que matarlo para no envenarme con el.

A pesar de la tristeza, aun estoy vivo, sigo adelante sin renunciar a mis principios. Intento mantener la calma y hago el balance de todo lo que aprendí. A pesar de que no termino en el lugar que yo quería que terminara, no puedo decir que fue un sentimiento estéril e innecesario. Todo lo contrario, me ayudo a ver demasiadas cosas desde una perspectiva distinta, a romper con egoísmos, a entender que comprender lo que la otra persona siente y piensa es importante, que la base de una buena relación esta en el respeto y que lo primero que se debe respetar son los pensamientos y sentimientos de quienes están a nuestro alrededor por mas diferentes que sean con los nuestros, e incluso, como en este caso, nos llenen de dolor.

Es por ese respeto a lo que piensa y siente que la sensatez gana la partida. Es por eso que ahora digo “ erase una vez el amor pero tuve que matarlo”, y también digo que algún día volveré a estar invadido por el.



Tomado y adaptado de el blog de otra persona 

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