Si de esta tierra andina cruzando selvas y trepando cerros, partió la libertad de América, por qué no imaginar que de aquí mismo, venciendo escollos ideológicos y superando prejuicios, habrá de iniciarse el camino hacia la búsqueda de nuestra propia identidad, hacia la meta de una sociedad sin opresores ni oprimidos, sin potentados ni miserables, sin verdugos ni víctimas, de una sociedad en la que el derecho no siga siendo utilizado como instrumento dominante de opresión, sino como mecanismo preferencial de una conciliación y equilibrio, una sociedad en la que el hombre sea intermediario de su propio destino. 

Alfonso Reyes Echandia

 (ex presidente de la corte suprema de justicia 1985)